Siempre, he sonreído mucho, desde que era niña con mi familia era todo sonrisas y alegría. Pero, (siempre hay un pero) en todas las vidas, siempre hay un motivo por el cual, cuando sonríes, poco a poco esa sonrisa se va desdibujando de tu rostro y, en vez de escandalosas risas, silenciosas lágrimas van vagando por tus mejillas, y, a veces, ahogados gritos se escapan de tu garganta, y una sensación nos abruma... El miedo, esa sensación que tanto odiamos. El miedo se puede describir de muchas formas pero, ¿qué pasa cuando el miedo es suficientemente grande como para no poder hacer nada? Te pondré un ejemplo; cuando eras pequeño/a y te despertabas por la noche tras una pesadilla, no poder conciliar el sueño, o simplemente pensabas que los monstruos vendrían a por ti, ¿qué hacías? Llamar a tu padre o a tu madre y ellos, ¿qué hacían? Estar a tu lado y decirte, solo fue una pesadilla o tu imaginación. Y entonces, seguías durmiendo tan plácidamente miestras esa nana que tanto adoras te mecía suavemente.
Pues cuando te vas haciendo mayor hay miedos tan fuertes incluso para que ni tus padres puedan hacer nada, ni siquiera tú, que eres el o la que debe ser valiente y no tener miedo, y ayudar a los que lo tengan, estar ahí, rodearlos con tus brazos y susurrarles: es solo una pesadilla, se pasara, la pasaremos juntos...
Desgraciadamente, la mente de una persona es demasiado compleja para que cuando sientas miedo de algo puedas reaccionar y ayudar a todos los que están a tu alrededor. Tan compleja que cuando leas esto, el día que sientas realmente miedo ni te acordarás de esto. Pero sí hay algo que nos hace reaccionar y es... la valentía...
La valentía no es algo con lo que se nace, es algo, que con el tiempo, se aprende.
La Chica de la Sonrisa Rota
Lágrimas caen por mi rostro. Me quedo sola, subo a mi cuarto. Mi cuerpo se cae abrazando las rodillas con mis brazos, intentando no romperme.
El recuerdo de esa tarde me viene a la mente: Ella se enfada conmigo, ¿por qué? Yo que sé. Me manda a callar, ella tiene el control, en vez de discutir me muerdo la lengua, muérdela aunque sangres, aunque sangres veneno.
¿Por qué he de callarme? ¿Por qué he de irme de ahí? ¿Por qué tengo que guardarme lo que pienso? ¿Por qué te enfadas así sin ningún motivo si eres TÚ quien no tiene la razón? Dime, ¿por qué? Tocan la puerta y él, entra. Palabras de él:
-Ella estuvo así conmigo hasta que tuve una cierta edad, lo hace por tu bien, y lo sabes.
*¡Claro que sé que es por mi bien! Pero estoy cansada. ¿Por qué me trata como a una niña pequeña? ¿Por qué?
-Porque no quiere que crezcas, siempre pasa.
*Eso es como pedir que no llegue la noche, ¡es imposible! Alguna vez tengo que crecer, alguna vez tengo que madurar, ¡alguna vez tendré que soltar su mano y caminar mi camino por mi misma. Solo yo elijo mi destino, sea bueno sea malo.
-Trata de entenderla, si tú creyeras lo mismo que ella ¿te gustaría que crecieras? ¿No te gustaría que fueras la niña que eras?
*Supongo que sí pero, entendería que ella quiera crecer y que, algún día se convertirá en una mujer, una mujer de la cual me sienta orgullosa.
Asiente por la razón que llevan mis palabras, pero aún así, su tesis no cambia.
Se cierra de nuevo la puerta de mi cuarto, miro por la ventana y veo que el cielo está nublado, y las gotas de agua que no caen del cielo, son mis lágrimas.
Me tumbo boca arriba en la cama, cierro los ojos, y me dejo dormir por un pensamiento que abruma mi mente:
No soy una niña, admítelo...
La Chica de la Sonrisa Rota
A veces desearía ser una niña de 5 años que juega con su muñeca y aunque vea lágrimas en los ojos de ella no entenderé nada, porque seguiría jugando con mi muñeca. Quiero que todo sea como antes, que me abraces y me des besos en la mejilla, quiero poder olvidar el pasado, pero, desgraciadamente, los recuerdos son como las heridas, tardan en curarse, tardan pero sanan, aunque aún así, si te vuelves a dañar en la misma herida, sangras de nuevo y los recuerdos se abren, ¿por qué? Porque los recuerdos son y serán siempre cicatrices...
¿Sabes cuál es mi verdad? Mi verdad es que estoy HARTA de llorar, de ir corriendo a mi cuarto, tirarme a la cama, undir mi cabeza en la almohada y llorar. Tú no sabes absolutamente nada de MI vida para criticarme como lo haces, o para cuando conozco a gente nueva ya de un momento a otro me trates mal.
También sé de sobra que yo, a veces, puedo ser pesada en el sentido de que cuando estoy mal pues no se lo cuente a nadie aunque ustedes se preocupen por mi pero, ¿no te has preguntado alguna vez por qué no te lo digo? Es por el echo de que me veas débil ¿pero sabes? Soy más fuerte de lo que nadie cree, en mi vida, he tenido muchas desgracias, ¿crees que siempre me tiro en la cama a llorar? Te equivocas, en ese momento yo pienso rápido y la acción más razonada actúa por sí sola. Me ha pasado muchísimas veces pero ¿sabes otra cosa? Cuando era pequeña, actué rápido y sentí los brazos de ella en mi, sentí sus lágrimas en mi cara, no entendía nada ¿por qué lloras si lo he echo bien? Pues bien, lo entendí cuando me puse a llorar rodeada por sus brazos; tú en ese momento me decías ya pasó todo, y yo, presa del miedo, dejé que me consolaras y yo lloré, lloré por el miedo, lloré por ti, lloré por esa 3ª persona, lloré por lo que había conseguido sola, conseguí que no cometieras esa locura, pero sobretodo, lloré por mi; porque por 1ª vez en mi vida fui consiente de la situación, me levanté y la paré y tú después me ayudaste a pararla al oír mis gritos ahogados, me abrazaste y juntas la vimos arrepintiéndose, pero, nosotras la levantamos y sonreímos, ella lloraba desesperada pero, supo que era una tontería y que gracias a mi recapacitó.
La 3ª persona se puso a limpiar, mientras tanto, la chica que me abrazó, me llevó lejos del escenario del dolor, ella y yo fuimos al salón y de nuevo juntas nos abrazamos, y nos pedimos perdón mutuamente por todas las veces que nos enfadábamos por estupideces, la besé en la mejilla y ella a mi, entonces, como dos niñas inocentes nos pusimos a jugar con nuestras muñecas, así, hasta que llegó su madre y la mía, que nos cogieron en brazos y nos abrazaron fuerte. Y como si no hubiera pasado nada, esa 3ª persona nos llamó para comer y corrimos a la cocina aver quién llegaba primero. Nos sentamos todos y mientras comíamos observé que todo estaba bien...
Durante estos años me creí capaz de hacer cualquier cosa. Quiero muchísimo a esa 3ª persona y ella a mi aunque no lo muestre ¿qué por qué? Simplemente porque algo nos separa, no es la distancia, es algo que ocupa la mente de todos mis seres queridos.
Hoy en día, echo de menos los abrazos que me daban en aquella época, a veces, salen a la luz pero, no como cuando jugaba con mi muñeca.
Cada día, veo a esa chica que me ayudó a ser consiente de todo, y también veo como me ayudó a no tener miedo, incluso al que más te atemorice... Se ha convertido ya en una mujer y, con dos años más que yo, siempre lo será.
Esta entrada va dedicada a una persona especial para mi que, pese a muchas discusiones con ella, las reconciliaciones han sido aún más fuerte hasta tal punto de nunca pelearnos.
La Chica de la Sonrisa Rota.
Este blog lo he creado simplemente por el echo de que quiero expresar de alguna forma lo que siento y dejo de sentir... ¿Qué hacer si quieres desahogarte pero NO puedes?
Esto, es un pequeño diario recopilando momentos de mi pasado, pero también, los que me vayan pasando. Siempre me he considerado muy alegre aunque también, muy buena fingiendo; la gente que me conoce creerá que no sé fingir, y no los culpo, no sé fingir pero, sí que sé fingir cosas que no quiero que nadie se entere. ¿Qué por qué? Es por miedo, tengo miedo a que por mis problemas personales la gente me rechaze. No son cosas malas, en verdad, ni si quiera son cosas mías pero sí muy importante para mí. Aqui hay secretos, sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos, dolor, llantos, cansancio, rabia, tristeza, felicidad, euforia, soledad... Aquí guardaré mil y una de esas palabras que tanto transmiten...
GRACIAS por leerme, espero que encuentres todo ese apoyo que tanto deseas, pero lo que verdaderamente espero es que, no te consideres una basura (por no usar términos mayores) ya que, en la vida, hay personas con millones de problemas más fuertes que los tuyos, que los míos y que muchas de las personas que viven en este mundo.
Espero de todo corazón que esto te ayude a reflexionar y así poder sentirte identificada/o, porque expresar sentimientos no es tan malo, al fin y al cabo es la única forma de que el alma sea libre, sin ataduras...
La Chica de la Sonrisa Rota.